Muchas veces echamos la culpa del fracaso de nuestras relaciones al otro. Sin embargo, si nos paramos a analizar cómo actuamos o qué esperamos de esa relación, tal vez podremos darnos cuenta de que estamos actuando erróneamente en algún momento. Una pequeña ayuda puede ser clave para romper esa racha de relaciones que no terminan de cuajar. Una amiga, a través de mi tarot online, me pedía ayuda, de esta manera, para salir de una espiral de relaciones que no llegaban a más: -Mis relaciones acaban siempre a las pocas semanas y temo no encontrar nunca pareja-.
“Hola, Paloma. Estoy cansada de sentirme un bicho raro ya que, de mis amigas, soy la única que no tiene pareja y nunca la he tenido. Mis relaciones acaban siempre, como mucho, a las pocas semanas de comenzar y temo que, a este paso, nunca encuentre pareja. Mis amigas me dicen que debo ser yo misma y no preocuparme tanto, porque de ese modo es como acabo estropeándolo todo. Espero que me ayudes a solucionar este problema que me hace tan infeliz y por el que me siento tan insegura.”
Cómo encontrar una pareja a tu medida
El suyo no era un caso aislado. Miles de personas se han sentido así alguna vez en su vida. Contacté rápidamente con esta amiga y, tras un intercambio de impresiones, decidí que debíamos realizar una lectura de tarot, para llegar a la clave del problema. Las cartas mostraron a una persona generosa y romántica, pero con mucho miedo a sufrir y a ser rechazada. Todo esto, sumado a una gran inseguridad en sí misma, originaba una actitud poco conveniente cuando comenzaba algún tipo de relación. Le expliqué que comenzaríamos trabajando esto, y que para ello iba a realizar un ritual para abrir caminos. De este modo, todo obstáculo interior, sería anulado, dejando que el comienzo de cualquier relación que comenzase fluyera de forma natural. Además, para propiciarlo, realicé un hechizo de magia blanca con miel para encontrar pareja. Le dije que estuviese tranquila, y que volvería a contactar con ella al cabo de unos meses.
Efectivamente, al cabo de tres meses volvimos a hablar y me confirmó que había conocido a un hombre con el que había comenzado una relación que en nada se parecía al resto. Desde el principio se había sentido distinta a las otras veces. Más relajada, más segura y siendo ella misma. Sentía que se gustaba y que le gustaba a la otra persona y eso la hacía sentirse profundamente feliz.
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