Siempre es preferible prevenir a curar. Con las infidelidades especialmente. En muchas ocasiones recibo mensajes de gente que se lamenta de no haber sabido a tiempo lo que estaba pasando para haber hecho algo que salvase su relación. Basta con un pequeño gesto a tiempo para cambiar completamente el curso de una relación. Hoy os voy a contar un caso que me llegó no hace mucho de una chica que empezaba a ver indicios pero no sabía cómo evitar la posible infidelidad de su novio.
“Llevo dos años con mi novio y hemos sido muy felices, siempre me ha escuchado y se ha preocupado por mí pero últimamente le veo algo más distraído y no hace más que hablar de una compañera suya del gimnasio al que va. El otro día decidí ir a buscarle a la salida y me los encontré a los dos charlando en la cafetería. No estaba pasando nada y al acercarme, mi novio me presentó a ella muy normal y sin ninguna tensión. Sé que no ha pasado nada porque él se hubiera alterado mucho, le conozco bien, pero esa chica me da muy mala espina, no sé qué hacer. No ha sucedido nada y no puedo pedirle que deje el gimnasio (le encanta) pero no estoy tranquila, necesito que me ayudes con algún ritual o algo con lo que pueda evitar una posible infidelidad de mi novio”.
Tras leer su mensaje, charlé un rato con ella y decidimos hacer una lectura sobre los sentimientos de su novio. Al terminar pude ver que ese chico estaba enamorado de ella, no sentía ninguna necesidad de buscar a otra mujer ni se sentía insatisfecho con su relación pero esa otra mujer iba a terminar siendo un problema. Físicamente era muy atractiva y ejercía un gran magnetismo sobre él. De momento esa atracción sólo les había llevado de ser desconocidos a amigos de gimnasio, pero las cosas no iban a terminar ahí. Ella cada vez sentía más interés por él y lo terminaría teniendo si no hacíamos nada.
Por las características de su relación y por las suyas propias, le recomendé a mi amiga que realizara un hechizo de amor con canela para evitar la infidelidad, de esa manera ella conseguiría por un lado potenciar su vínculo de pareja con su novio y por otro hacer que esa otra mujer perdiera en interés.
El ritual requiere de un lugar tranquilo y algo de tiempo. A mi amiga le costó bastante encontrar la ocasión adecuada pero por fin pudo realizarlo. Para mayor seguridad, reforcé yo el ritual durante un ciclo lunar completo. Pasado ese tiempo, todo siguió como siempre aunque hubo sutiles cambios: la relación entre esa chica y su novio cambió. Le recomendé a mi amiga que estuviese más presente cuando ellos dos estaban juntos, comenzó a esperar a su novio en la cafetería del gimnasio cada vez que iban y se quedaban los tres charlando un buen rato. Ahora esa potencial amenaza se ha convertido en una buena amiga de la pareja. El peligro que pudo llegar a haber ahora es inexistente.
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