Cómo hacer un hechizo para atraer a una mujer

Un hechizo que me piden mucho en mi consulta de tarot

A veces sentimos un gran deseo por una persona pero no encontramos la forma de hacer que surja la chispa. En mi consulta de tarot online es bastante habitual recibir mensajes de hombres que se encuentran en esa situación. En esos casos suele bastar con realizar un sencillo hechizo de atracción para conseguir que esa persona perciba nuestros sentimientos y se pueda dar comienzo a una relación. Este es un caso que traté hace un tiempo.

“Llevo tres años enamorado de una mujer pero no encuentro la manera de entablar una relación con ella. Soy un hombre bastante tímido, no se me dan bien las relaciones sociales y en el gimnasio al que voy hay una mujer que me hace perder la cabeza. Es bellísima, encantadora, tiene una sonrisa que ilumina la sala y las pocas veces que he charlado un poco con ella me ha parecido muy inteligente e interesante. No sé cómo acercarme a ella. Cada vez que hablamos me siento incapaz de avanzar, no me atrevo a estropearlo todo y tampoco he visto en ella signos claros de interés por mi, a veces cruzamos miradas, es muy amable siempre conmigo… Pero no estoy seguro. Necesito que me expliques cómo hacer un hechizo para atraer a una mujer. Sé que podemos ser muy felices juntos pero necesito un poco de ayuda para empezar”

Mientras leía su mensaje pude percibir que sus sentimientos eran puros, sólo deseaba el bien para esa mujer. Estaba enamorado pero le faltaba valor para dar un paso adelante. Necesitaba ayuda y un hechizo sencillo podría ser la solución perfecta a su problema. Esa misma noche me puse en contacto con él para saber exactamente qué estaba pasando y cómo podía ayudarle.

Lectura de tarot sobre sus sentimientos

Tras charlar durante un rato sobre esa mujer y su relación, decidimos que debía realizar una lectura de tarot sobre sus sentimientos para saber qué estaba pasando y cómo podía conseguir que ella se fijase en él para tener la confianza suficiente para iniciar un acercamiento.

Al realizar la lectura pude ver que esa mujer estaba abierta al amor, hacía ya un tiempo que había roto con su última pareja y había cerrado sus heridas pero quería ir con cuidado. Ya no tenía ganas de precipitarse y volver a sufrir. Respecto a mi amigo, ella tenía cierta afinidad, le transmitía una sensación de tranquilidad y calma pero al ser tan reservado y tan poco dado a entablar una conversación no se había parado a pensar que podía ser alguien con quien estar. El hecho es que los dos eran profundamente compatibles y podían ser muy felices juntos. Él era el tipo de hombre que le gustaba a ella, pero no se había fijado porque siempre se mantenía en un segundo plano. En casos como éste, un hechizo de atracción es la herramienta perfecta para conseguir que alguien descubra a una persona y se decida a darle una oportunidad.

Atraer a esa mujer con un hechizo

Le expliqué a mi amigo lo que había visto y la solución. Con un hechizo de atracción conseguiría que ella lo descubriese y comenzase a prestarle más atención, pero después tendría que ser él quien diera el paso. Ella estaría mucho más receptiva pero solo si él vencía sus miedos podría conseguirla. Le recomendé que realizara este hechizo de atracción y esa misma noche se decidió a hacerlo, no sin antes aclarar un par de dudas que tenía sobre la forma de realizarlo.

A la mañana siguiente me escribió para explicarme que lo había concluido y que tenía la sensación de que todo había ido bien, a ver qué debía hacer ahora. Le recomendé que durante una semana no hiciera nada diferente de lo habitual, que dejara que el ritual hiciera su trabajo y que a partir de entonces comenzara a ser más encontradizo y a intentar pasar más tiempo con ella.

Diez días después me escribió para contarme que el ritual estaba haciendo efecto. Dos veces había terminado a la vez que ella y al dirigirse al vestuario le había ofrecido tomar algo tranquilamente para relajarse después del ejercicio y ella había aceptado. En esas citas habían charlado de temas intrascendentes pero él notó en ella un interés que antes no parecía tener. Las cosas comenzaban a cambiar, había roto el hielo y ahora sólo era cuestión de seguir avanzando hasta conseguir tener una relación estable.

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