La duda puede crear más daño a veces que la certeza. Hace un tiempo recibí una consulta en mi tarot online de una mujer que sospechaba que su esposo la estaba engañando, con su permiso reproduzco la historia:
“Éramos una pareja feliz, teníamos una vida normal, una hija maravillosa y todo era estupendo, o eso creía yo (…) pero de un par de meses a esta parte mi marido ha cambiado radicalmente, llega siempre tarde, se muestra distante y frío, no habla apenas conmigo y cada vez hace cosas más extrañas. Hace tiempo que me hablaba de una compañera de trabajo con la que se llevaba genial y ha dejado de contarme nada, creo que mi esposo me engaña con esa compañera de trabajo”
Tras leer el mensaje me puse en contacto con ella y enseguida noté que algo no iba bien. Debía realizar una lectura de tarot para entender la situación pero la energía que percibía al leerla no me auguraba nada bueno.
Hablé con ella y decidimos que realizaría la lectura de cartas, y ahí lo ví claramente: ese hombre estaba siendo infiel a su mujer con esa compañera de trabajo. Ví que él seguía amando a su mujer y no había perdido el vínculo afectivo que tenía con ella pero se habían juntado una serie de factores. Por un lado él atravesaba una crisis de edad, tenía la sensación de estar perdiéndose algo, por otro el azar había puesto a esa mujer más joven y atractiva a su lado y ella estaba deslumbrada por la madurez de este hombre. Realmente entre este hombre y su amante no había ningún vínculo afectivo, solo atracción física y deseo. Los sentimientos de este hombre seguían al lado de su mujer, pero se estaban empezando a desgastar.
Tras analizar en profundidad el caso y ver las causas específicas de esta infidelidad, le recomendé a mi amiga realizar un hechizo con laurel para evitar una infidelidad. De esa manera potenciaría la relación con su marido y rompería el vínculo de atracción entre él y esa otra mujer.
Durante un tiempo no cambió nada, pero pasadas dos semanas, este hombre volvió a ser el que era: cariñoso, atento y amante del hogar – más incluso que antes. Mi amiga decidió no decirle nada porque no quería abrir una herida que se estaba cerrando, sabía que su marido estaba arrepentido aunque no había dicho nada y con eso le bastaba. La prueba es que poco tiempo después él pidió el traslado en su trabajo a otras oficinas en la misma ciudad para no tener que ver a esa mujer. Desde entonces esa mujer no ha tenido la sospecha de que su marido la engaña.
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