Cómo averiguar si eres correspondido en el amor
Otra de las consultas que ha llegado a mi tarot online.
Desde que entró como profesor en la Universidad siempre había tenido claro que nunca se podría fijar en ninguna alumna. Los compañeros le habían aconsejado sobre el tema, ya que, siendo un profesor joven y atractivo, seguramente iba a tener alguna que otra admiradora dispuesta a conquistarlo y de paso aprobar su asignatura. En veinte años como profesor, ahora tenía cuarenta y cuatro, nunca había tenido ni la más mínima intención de intimar con las alumnas, aunque tuvo alguna que otra relación más o menos estable con un par de profesoras colegas. Tenía costumbre de desayunar en la cafetería de su facultad y nunca cambiaba el menú, lo que conocían los camareros y camareras que cada día le servían. Desde hacía tres meses una chica nueva se había incorporado como camarera y, aunque al principio no prestó demasiada atención, con el paso de los días no podía dejar de mirarla a la hora de su desayuno. Lo que más le desconcertaba es que la chica lo tratase con la mayor indiferencia que hubiera sentido nunca en alguna mujer, a pesar de ser un hombre bastante atractivo acostumbrado a las miradas de aprobación de todo tipo de señoras. En tres semanas la atracción que sentía por la chica era más que evidente, no se la podía quitar de la cabeza, y lo malo es que desde hacía unos días ella había mostrado ciertos signos de antipatía cuando él le solicitaba el desayuno. Desesperado me pidió ayuda.
Cómo conquistar a una mujer con un hechizo de magia blanca
Contacté enseguida con este amigo y hablamos largo y tendido de cómo se sentía. Luego le tranquilicé y le aconsejé que hiciésemos una lectura de tarot. Tras la lectura quedó patente que lo suyo no era un capricho pasajero, sino un sentimiento auténtico, luego consultamos sobre los sentimientos de la chica y nos sorprendió saber que, a pesar de ser una chica tan joven, tenía 27 años, había sufrido una decepción que la había marcado y por eso no quería saber nada de los hombres. También pude ver que detrás de la antipatía que le había mostrado se escondía cierta inseguridad, ya que le veía como un hombre muy atractivo, igual que el que le hizo tanto daño.
Este último dato llenó de esperanza a este amigo, y tras hablarlo decidió que quería conquistar a esta chica o pasaría toda su vida preguntándose qué hubiera pasado si hubiese hecho algo por enamorarla.
Entonces le aconsejé realizar sin más preámbulos un hechizo de amor con azúcar. Nada más reunir todos los ingredientes necesarios se puso manos a la obra. Era un viernes por la tarde y hasta el lunes no volvería a ver a la chica. Esa mañana, después de pagar la cuenta de su desayuno la invitó a quedar por la tarde, y aunque ella se mostró sorprendida, él insistió en que sólo sería para tomar algo donde ella quisiera y hablar un rato. Sin duda el hechizo había hecho su efecto porque después de aquella cita hubo otra, y luego otra… Hace dos semanas que este amigo se puso en contacto conmigo para anunciarme su próxima boda, después de nueve meses de relación.
Deja una respuesta