La magia blanca es una fuerza muy conectada con la naturaleza, y por tanto recibe su influencia de los cambios de estación. Tanto cuando pasamos de la primavera al verano, como cuando pasamos del otoño al invierno, los rituales de magia blanca cambian ligeramente sus efectos. Algunos se vuelven más efectivos y otros hay que ajustarlos para recibir mejor la energía del sol y la luna.
Los cambios de estación y las fases de la luna
Sabemos que hay que elegir bien la fase de la luna para hacer un conjuro de manera adecuada, pero además es bueno tener en cuenta si estamos en medio de un cambio de estación, como sucede durante estos días. La luna llena tiene efectos diferentes dependiendo de la época del año. Esto en el fondo es algo bueno siempre que sepamos entenderlo.
De la misma manera, los rituales que emplean plantas, como los hechizos con laurel, tendrán más o menos potencia en función del estado vital de esa planta, lo cual lógicamente depende de la estación del año. En primavera y veranos tenemos más sol, que nos da más vitalidad y hace más fuertes a las plantas. Eso se transmite a los rituales, que nos ofrecen resultados mejores.
Los cambios en los efectos de la luna se notan menos con la estación del año, pero es cierto que el otoño y el invierno son mejores para hacer rituales de luna llena porque el frío y la luz llegan con más intensidad a los amuletos empleados en los hechizos.
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