Hace ya unas semanas se puso en contacto conmigo en mi tarot online un hombre para explicarme su situación y ver qué podía hacer por él. Éste es su caso:
“Hola Paloma, tengo un problema emocional y me gustaría saber si me puedes ayudar. Te explico mi caso: Después de veinte años de matrimonio, nuestra relación fracasó, mi mujer sentía que ya no tenía nada en común conmigo y rompimos de mutuo acuerdo. El caso es que durante todos estos años en nuestro grupo de amigos ha habido una mujer con la que siempre me he llevado bien, hemos tenido muy buena química y disfrutamos mucho charlando juntos, siempre sin ningún tipo de interés de pareja. Pero ahora que soy libre cada vez siento mayor atracción por ella y no sé qué hacer porque me da la impresión de que ella solo me ve como un amigo, han sido demasiados años siéndolo y tengo miedo a lanzarme porque no tengo claro que me vaya a corresponder”.
Me puse en contacto con él y decidimos que debía realizar una lectura de tarot sobre las emociones de esa mujer para saber qué es lo que sentía en ese momento por él y si había alguien en su vida.
La tirada de cartas te dice si podrás enamorar a esa mujer
Al realizar la tirada pude ver que no había nadie en su vida, era una mujer que en el pasado había sufrido mucho y en estos momentos no tenía ganas de conocer a nadie. Le daba pereza iniciar todo el proceso de conocimiento de alguien nuevo, pero con mi amigo eso no sería un problema ya que se conocían bastante bien y tenía mucha confianza con él; no sería como empezar de cero. Por otra parte, aunque los sentimientos de ella hacia él eran de amistad en ese momento, pude ver que podían cambiar de una manera drástica y profunda hacia algo mucho más pasional. La amistad podía convertirse en amor, solo había que darle un pequeño empujoncito.
Por las características específicas de su relación y su nexo existente le recomendé a mi amigo que realizase un hechizo de azúcar para enamorar a una mujer una vez a la semana durante un ciclo lunar antes de hacer nada, y que después comenzase un acercamiento claro pero sin presión.
Así lo hizo, terminado el ciclo lunar le ofreció a su amiga ir un día al cine ellos dos. Había buscado un fin de semana en el que no había nadie más del grupo de amigos en la ciudad, ya que eran vacaciones. Tras la película se quedaron un rato charlando en un bar y decidieron quedar al día siguiente. Desde entonces no han dejado de verse un solo día.
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