La llegada de un nuevo miembro a la familia suele motivar una serie de cambios en la pareja. Es bastante común que ello genere bastantes consultas en mi tarot online, solicitando mi consejo y mi ayuda, como esta amiga que me decía: -Desde que nació nuestro hijo mi marido ya no es el mismo. Así continúa su testimonio.
“Hola Paloma, he tardado bastante tiempo en decidirme a pedirte ayuda, pensando que todo volvería a ser como antes por sí solo, pero me he dado cuenta de que, cuanto más tiempo pasa, más difícil se va haciendo mi situación. Mi matrimonio ha ido perfectamente hasta que decidimos ser padres. Desde que nació nuestro hijo mi marido ya no es el mismo. Es como si el bebé hubiese levantado un muro de separación entre nosotros dos. No sé si estoy demasiado sensible a causa de mi maternidad, pero es evidente que la relación ha cambiado y no entiendo el motivo. Por favor, ayúdame a encontrar el camino para recuperar los días en que los dos éramos una pareja feliz y unida.”
Afrontar la llegada de un hijo sin que la relación de pareja se resienta
Aunque parezca que un hijo une más a una pareja, paradójicamente, en muchos casos puede ocurrir justo lo contrario. La llegada de un hijo supone cambios importantes en una pareja. Horarios, dedicación veinticuatro horas al día, cambio de hábitos impuestos por la llegada del bebé, etc. En ocasiones, tantos cambios son la consecuencia de que las parejas no encuentren ese punto en el que los dos entienden y asumen la paternidad del con la misma responsabilidad y eso los distancie. Aconsejé a mi amiga realizar una lectura de tarot, las cartas evidenciaron un distanciamiento absoluto por parte del marido. Se sentía un intruso en la relación madre-hijo, como si él no fuese necesario en esa relación. Mi amiga admitió que ella asumía todos los deberes con el hijo, desde alimentarlo, cambiar pañales, bañarlo, etc. En realidad parecía que el hijo era sólo de ella. Aconsejé, entonces, que hiciera partícipe a su marido de alguna de esas tareas, que dejara de acaparar todas las tareas, porque estaba privando al padre de sentirse necesario y del disfrute que produce actuar con el bebé. Además, realicé un hechizo de magia blanca con canela para reforzar la relación de la pareja, ya que ésta se había deteriorado mucho, y también realicé un ritual de endulzamiento para que esto ocurriese con mayor fluidez.
Diez días más tarde volví a contactar con mi amiga y me contó que había notado un cambio abismal en su relación y que, además de haber recuperado la comunicación con su marido, se sentía mucho menos cansada, porque había aprendido a delegar en él para criar al bebé con su ayuda, compartiendo ambos esos momentos tan especiales en los que el marido se había quedado al margen hasta ahora.
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