La falta de confianza en una pareja suele ser uno de los problemas más importantes. Puede resultar complejo saber dónde está el límite entre respetar la intimidad del otro y qué cosas deben ser compartidas. Una amiga me decía esto cuando contactó en mi tarot online: Mi marido recibe mensajes de otra mujer e intenta ocultármelo. Guardar la privacidad de lo que cuenta una tercera persona resulta muy respetable y conveniente, pero cuando no hay nada que ocultar, se puede compartir perfectamente con la pareja que estas conversaciones se están manteniendo. Os dejo el testimonio de esta amiga y por qué ella veía algo oscuro en el secretismo de su esposo.
Mi marido mantiene conversaciones con una desconocida
“Querida, Paloma, necesito que me aconsejes sobre un tema de pareja que me tiene muy preocupada y sobre el que no sé de qué manera actuar. Mi marido recibe mensajes de otra mujer en su teléfono e intenta ocultármelo. He de decir que nunca he sido celosa ni desconfiada, pero es precisamente esa actitud suya de querer negar lo evidente la que me hace pensar mal. Nunca me hubiera imaginado espiando las llamadas de mi marido, pero estaba tan dispuesta a demostrar que no eran imaginaciones mías que l miré el teléfono mientras él estaba en la ducha, y, efectivamente, mantenía conversaciones con una mujer que, por su foto, me resulta desconocida. ¿Qué debo hacer, Paloma? No quiero perder a mi marido.”
Rescatar a la pareja de una relación peligrosa
Me puse en contacto con esta amiga y conversamos sobre la posibilidad de que esos mensajes fuesen totalmente inocuos o que representaran algo más para su marido. Para salir de dudas, le aconsejé a mi amiga realizar una lectura de tarot. Tras esta lectura descubrimos que aquella mujer había tenido una relación amorosa con su marido cuando ambos eran muy jóvenes, y que casualmente habían vuelto a encontrarse. Ella estaba en trámites de separación y comentaba con el marido de mi amiga todas las vicisitudes de su situación, pero también aprovechaba para sentirse protegida y arropada en esos difíciles momentos de una manera no del todo clara. Era evidente que esta mujer estaba intentando reconquistarlo valiéndose de sus circunstancias y haciéndose pasar por víctima de una situación para conseguir toda la atención del marido de esta amiga.
Tendríamos que actuar rápidamente porque, aunque no había una intención clara por parte del marido, sí que la había por parte de la otra mujer, y no hacer algo contra eso era arriesgarse a que acabase por pasar algo. Decidí realizar un ritual de alejamiento contra aquella mujer que hacía peligrar la estabilidad de la pareja, y para potenciar este efecto, realicé además un ritual de endulzamiento, con el que fomentar un estrechamiento en los lazos del matrimonio.
Los resultados no tardaron en llegar. El marido había dejado de recibir mensajes de esa mujer al cabo de unos días y tiempo después el marido le comentó a su esposa que no se explicaba lo extraña que era la gente, que una antigua amiga le había pedido su apoyo en un momento difícil de su vida y él se había comprometido a ayudarla y que de repente había desaparecido sin ninguna explicación y sin darle las gracias por el tiempo que le dedicó a escucharla y animarla. Pero mi amiga sólo pudo sentirse aliviada.
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