Con la llegada de las nuevas tecnologías han crecido el número de consultas de personas cuyas parejas son infieles de una forma virtual. Una amiga dejaba esta consulta en mi tarot online: -Paloma, mi novio me es infiel por internet y no sé qué hacer-. Veamos su testimonio con más detenimiento.
“Hola, Paloma. Soy una chica joven y tengo novio desde hace un año y medio. Nos llevamos bastante bien y nuestra vida íntima es muy satisfactoria ya que, tanto mi novio como yo, somos bastante fogosos y ambos nos entendemos bastante bien en la cama. Mi duda es que, desde hace unos meses él visita cada vez más algunas páginas donde habla con otras chicas simplemente para excitarse. Tengo que decir que nunca lo ha ocultado y que, en ocasiones lo ha hecho estando conmigo como un juego más y una experiencia nueva. Sin embargo, comienzo a sentirme mal con este tema, ya que no sé hasta qué punto está rozando la infidelidad. Él me dice que no tiene importancia, que esas chicas no le interesan, simplemente es una forma distinta de explorar la sexualidad y ni siquiera las conoce realmente. Mis amigas me dicen que ellas nunca pasarían por algo así y de hecho, yo no podría hacer lo mismo con un chico que no sea mi novio. Necesito que me ayudes a aclararme y, ante todo, que me ayudes a que mi novio deje de estar interesado en ese tipo de relaciones virtuales de las que me siento celosa”
Infidelidad virtual
Siempre digo que nunca se debe hacer nada en el sexo con lo que no nos sintamos realmente cómodas, sólo por complacer a nuestras parejas. Enfocar este tipo de prácticas de las que habla mi amiga como una infidelidad o no, sólo va a depender de cómo se sienta ella. Si es algo que no le gusta debe dejárselo claro a su novio. Cuando contacté con mi amiga le aconsejé realizar una lectura de tarot, para comprobar los sentimientos que su novio tenía en su relación. Las cartas mostraron que, verdaderamente él no pensaba que estuviera siendo infiel a su chica, de la que estaba enamorado, sino que daba rienda suelta a su deseo de explorar su sexualidad, así como la de su novia. Sin embargo, su asiduidad a este tipo de relaciones se le estaba yendo de las manos, rozando la dependencia y alejándolo involuntariamente de otras prácticas más convencionales. Tal y como era el deseo de mi amiga, realicé un ritual de alejamiento, para que el novio comenzara a perder su interés por este tipo de prácticas, y para potenciarlo realicé también un ritual de endulzamiento, con el que sentiría la necesidad de unas relaciones íntimas más dulces y románticas, como así lo deseaba mi amiga. Al mes siguiente ella me confirmó que su chico no había vuelto a entrar en estas páginas y que estaban viviendo el momento más tierno y dulce de la relación.
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