A veces el orgullo puede hacer que una pequeña discusión acabe con una pareja. Muchas veces dos personas que se siguen amando no son capaces de resolver una crisis de pareja debido a su orgullo. En esos casos es imprescindible encontrar ayuda externa para reconducir la situación. No hace mucho llegó a mi tarot online la consulta de una amiga que decía lo siguiente:
“Paloma, necesito que me ayudes, por favor. No sé cómo solucionar un bloqueo en mi situación sentimental. Quiero recuperar al hombre de mi vida, nuestro orgullo nos separó pero nos seguimos amando. Tras haber dejado la relación, hemos pasado cinco meses viviendo vidas separadas, aunque hemos seguido manteniendo el contacto. Tanto es así, que a veces buscamos la excusa más ridícula para tener un motivo por el que vernos. Sin embargo nunca hablamos de sentimientos, aparentamos que el motivo que nos lleva a vernos es ese tan ridículo y los dos jugamos a creer que es así. Soy muy feliz cuando estoy con él, y sé que a él le ocurre lo mismo. Paloma quería que me ayudaras a averiguar si él sigue enamorado de mí con la misma intensidad que yo lo estoy de él y si hay alguna forma de que volvamos a estar como antes, como una pareja.”
Recuperar una relación interrumpida realizando un trabajo de endulzamiento
Me emocionan las palabras de las personas cuando a través de ellas puedo intuir el amor y precisamente este era el caso de esta amiga. Me puse en contacto con ella para ayudarla en sus dudas. Para ello le recomendé realizar antes de nada una lectura de tarot con la que corroborar la sensación que tenía ella de que su ex pareja seguía sintiendo algún tipo de afecto. La buena noticia fue que las cartas evidenciaron que así era y que él estaba realmente enamorado. Sin embargo, también mostraron un rechazo a volver a establecer una relación de pareja entre los dos ya que su orgullo le impedía reconocer que la necesitaba, se había acomodado en esa situación de no haberla perdido del todo y al mismo tiempo que la relación que había ahora entre ellos, precisamente, no generara ningún tipo de conflicto que los separase del todo.
Mi amiga insistió en que estaban hechos el uno para el otro y que sabía que no iban a cometer los mismos fallos. Me pidió que él pudiese convencerse de algún modo de ello, igual que lo estaba ella. Entonces le recomendé realizar un trabajo de endulzamiento, con el que buscar un acercamiento en esos sentimientos que compartían. Quedé en volver a contactar con mi amiga para que me contase los resultados.
Al poco volvimos a hablar. A parecer, habían tenido dos encuentros desde el trabajo de endulzamiento. En la primera cita ya notó que a él le costaba mantener la compostura que hasta entonces había conseguido mantener. Las miradas era más profundas, los silencios hablaban más que callaban y la despedida fue mucho más cálida de lo que era habitual. En la segunda cita, él le habló directamente de sentimientos. Le dijo que el tiempo que no estaban juntos le parecía tiempo perdido. Desde ese día han vuelto a ser oficialmente pareja y son realmente felices. Lo noto en las palabras de mi amiga.
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