A veces no es suficiente con querer mucho a nuestra pareja, también es necesario hacérselo saber a menudo, con palabras o con gestos. A mi tarot online, llegó la petición de una amiga que decía así: -Paloma, quiero que mi marido sea más cariñoso en nuestra relación-. Veamos cómo hicimos para que el marido cambiase su actitud y se volviese más detallista.
“Hola, Paloma. Mi marido y yo llevamos tres años casados, y aunque puedo decir que soy muy feliz en mi matrimonio, sin embargo, echo mucho de menos lo cariñoso que era cuando éramos novios. Desde que nos casamos se ha ido relajando en ese tema y, aunque estoy segura de que me quiere, tengo que sacarle a la fuerza alguna palabra de cariño o preguntarle si me quiere para oírselo decir. Lo mismo pasa con los regalos, él me dice que me compre yo lo que quiera, pero lo que me gusta es que sea él quien elija un regalo para mí y se acuerde en nuestro aniversario, en mi cumpleaños o cualquier día me traiga flores o un detalle simplemente porque le apetece. En fin, que necesito que me demuestre más el amor que sé que me tiene y sea más cariñoso en nuestra relación”
Necesitar que nuestra pareja nos demuestre su amor con gestos y palabras de cariño
Todos sabemos que al comienzo de una relación, los gestos y las palabras de cariño son más habituales que cuando ya se ha formalizado la conquista. Es un error no cuidar este tipo de detalles, ya que es algo de los que se quejan muchas personas y que echan en falta en su relación de pareja. Cuando contacté con esta amiga realizamos una lectura de tarot, y, efectivamente, las cartas mostraron sin ningún tipo de dudas que el marido amaba profundamente a su esposa, pero que ahora que estaban casado se sentía menos obligado a ser detallista. Él no le daba importancia y pensaba que para su esposa no significaba un problema. Decidí entonces realizar un ritual para abrir caminos, con el objeto de que cambiara su actitud y se mostrara más cariñoso y detallista. Mi amiga notó el cambio en muy poco tiempo, y según me dijo, lo mejor de todo era que su marido parecía encantado cuando la veía feliz por esos momentos de complicidad y los gestos de cariño, con los que él había olvidado cuánto se disfrutaba.
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