Una amiga contactaba a través de mi tarot online, buscando consejo para su caso. Estas eran sus palabras: -Paloma, salgo con un chico pero no se decide a pedirme que seamos pareja -. Veamos su historia con más detalle.
“Hola, Paloma. Soy una chica joven y enamorada. También tengo que comentarte que soy madre soltera de un niño de dos años del que me ocupo en solitario. Desde hace tres meses mantengo una relación con un chico, pero no sabría decir qué tipo de relación o cómo podemos llamarla. Yo admito sentirme muy enamorada desde el primer momento y aunque siento que él también tiene esos sentimientos hacia mí, nunca hemos hablado claramente del tema. Si por algo me preocupa poder ponerle un nombre a nuestra relación es, precisamente, por las limitaciones que ser madre y vivir en casa de mis padres conllevan. Este chico y yo hemos mantenido relaciones íntimas y en algunas ocasiones me ha acompañado o hemos salido juntos, pero yo necesito saber cuáles son sus intenciones antes de que mis padres sepan de él o de que yo me implique más en la relación sin tener una mínima garantía de que no soy una simple aventura. Quisiera que él me dijera abiertamente si espera que seamos novios o que cuando nos pregunten podamos decir que somos pareja.”
Cómo saber si existe un compromiso por la otra parte
Desde luego, aunque parezca algo obvio, tener la necesidad de saber qué relación exacta es la que nos une a otra persona es perfectamente entendible. Contacté con esta joven amiga y me explicó algunas cosas más de su relación. Finalmente le aconsejé realizar una lectura de tarot y así aclararíamos cuantas dudas tuviese acerca de este chico. Las cartas mostraron que el chico la quería, pero estaba muy inseguro por las circunstancias de ella. Tenía miedo de involucrarse demasiado en una relación que requería más responsabilidad de la que tendría con otra chica con distintas circunstancias que las de mi amiga. De todos modos, sus sentimientos eran claros: estaba enamorado. Sólo cabía esperar a que se decidiera por apostar por esa relación que iba a ser un poco más complicada de lo normal, pero no por ello menos satisfactoria. Para ayudar a tomar esta decisión le propuse a mi amiga realizar un ritual para abrir caminos. El chico elegiría libremente el camino a seguir, pero por medio de este ritual la decisión sería más rápida y clara. Dos semanas después de esta conversación mi amiga me anunció que el chico le había pedido que fuese su novia, que necesitaba cuidar de ella más que ninguna otra cosa en la vida.
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