La carta de las cargas en el tarot Osho nos muestra la figura de un individuo agotado, que lleva a lomos a una mujer severa que le impone un camino, la mujer no duda en llevar consigo todo tipo de complementos y mascotas ya que no es ella quien debe subir ese peso. En una lectura de tarot esta carta nos indica que hay una presión externa de la que nos estamos haciendo cargo, una presión innecesaria y que no aporta nada positivo, que está agotando nuestras energías.
Cuando cargamos con los comentarios, críticas interesadas u opiniones dañinas de los demás hacia nosotros nos volvemos como ese hombre agotado, andrajoso y sin valor para cambiar su destino, nos esforzamos cada vez más en subir montaña arriba sin darnos cuenta de que ni es la meta que buscamos ni nos aporta nada positivo, es más, esa subida nos está desgastando.
Interpretación de Las Cargas en una lectura de tarot Osho
Cuando sentimos que nuestra vida es una gran carga, una lucha perpetua por avanzar a cualquier coste sin saber muy bien hacia dónde, cuándo nos importa más la opinión que otros puedan tener de nosotros que la nuestra propia es el momento de parar, sacudirse todas esas cargas inútiles y plantearse qué es lo que queremos hacer en la vida y hacia donde nos estamos dirigiendo. Ver cómo es la vida y cómo nos sentimos una vez que nos hemos liberado de esa carga que nos impone una dirección.
No resulta un ejercicio sencillo, ya que aunque llevar esa carga puede ser agotador en realidad resulta mucho más cómodo dejarnos llevar por la influencia de otros y no tomar el timón de nuestra vida. Muchas veces en una lectura de tarot cuando aparece esta carta también aparece la comodidad y el desinterés por encontrarnos a nosotros mismos, nada es casual, si vivimos siguiendo el dictado de otras personas sobre el camino que debemos tomar es en gran medida porque les hemos permitido que nos lo dicten. Ser dueño de tu propia vida es una responsabilidad muy grande y a veces preferimos tomar una actitud más cómoda, no plantearnos las cosas y simplemente seguir la corriente.
A la larga esa actitud lleva al desgaste y la insatisfacción vital. Todos tenemos nuestras propias montañas que escalar, nuestros propios objetivos en los que volcar nuestro esfuerzo, no necesitamos que otros nos indiquen qué es lo que tenemos que hacer.
Una vez que nos liberamos de las expectativas de los demás y comenzamos a buscar las nuestras propias estamos emprendiendo el camino hacia nuestra propia felicidad, no la que los demás quieren para nosotros (en el mejor de los casos).
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